El cuervo escaldado de Grace Daly

Llena de humor negro y hablando con la voz de un mejor amigo de confianza, esta novela de terror autocrítica explora el trauma médico a través del folclore irlandés y pregunta: "¿Se puede confiar alguna vez en una mujer enferma?".

Brigid —la irlandesa Breej, no "Bridge-id", aunque no es que te corrija— lo ha pasado mal. Su madre abusó de ella de pequeña, su mejor amiga (y su amor secreto) está demasiado ocupada con una rubia como para contestar las llamadas de Brigid, y perdió su trabajo por un dolor pélvico crónico sin causa aparente. Como adulta discapacitada y con dudas sobre sí misma, está segura de que todo lo que le ha pasado es culpa suya.

Ahora su madre ha desaparecido y la única opción de Brigid es regresar a la casa de su infancia en el idílico pueblo de St. Charles, Illinois, en el Medio Oeste. Pronto comienza lo inquietante: un cuervo particular que una vez la acosó reaparece, siguiéndola a todas partes. Un cuadro de Jesús sigue regresando, sin importar cuántas veces lo tire. Aparecen partes congeladas de cuerpos donde deberían estar pelotas de goma y topes de puerta. Cada noche se repite la misma pesadilla: su verdadera madre está muerta y descomponiéndose en el armario, y la misma madre que la crio no es su madre. Pero todo está en la cabeza de Brigid. Es culpa suya. Debe serlo. ¿Qué otra explicación podría haber?

Al fin y al cabo ¿desde cuándo se puede confiar en una mujer enferma?